La impotencia reposa en mis nudillos escamosos y hambrientos de justicia
y chocan contra una pared de llanto y martirio
emitiendo un fuerte sonido de libertad
Vaga el rumor de mi boca sellada
por los pasillos de la sumisión
y la conveniencia emerge de sus podridas entrañas
vastos oceanos de incertidumbre ahogan mis
mas sinceras palabras
y se llena el aire de hambre, muerte y sufrimiento
de alas quebradas y mariposas cautivas
victimas del subterfugio, de aquella errada promesa
mezcla de luz y sangre, de amor y temor
simiente que se esparce como plaga
entre los creyentes flagelados por el pecado
flagelo permanente que expulsa el negro del blanco
lo feo de lo bello, lo malo de lo bueno, el alma de la carne
y llena de dudas invisibles las mentes mas débiles.